Los otros son los raros
Ayer me contaba Silvia que la vida no le ha sido fácil, me lo decía sin la mínima muestra de autocompasión o de rencor, ella es una de mis alumnas de unas tutorías que estoy dando sobre Competencias Digitales para personas con discapacidad intelectual. Me decía que desde niña sabía que tenía inteligencia “límite” -es decir que hay cosas que puede hacer muy bien y otras se le complican. Lo sabe desde siempre y por eso pone tanto empeño en aprender, en estudiar e intentar mejorar al punto que cuando tiene que hacer una cálculo primero lo hace a mano, luego en calculadora y finalmente en una hoja Excel, “así me esfuerzo más”. Me contaba que durante la primaria y segundaria siempre le hicieron la vida imposible, en cuanto ella, que es muy sociable y dicharachera, se acercaba a hablar a un grupo le hacían el vacío, en el mejor de los casos, o el grupo se dispersaba como si hubiesen lanzado una pedrada, en el peor de los casos, porque decían que era rara, “yo lo que hacía era reírme por den