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Mostrando entradas de junio, 2020

Mejor así, sin miedo

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"Sin miedo, las olas se acarician con el fuego, si alzamos bien las yemas de los dedos   podemos de puntillas tocar el universo." Rosana Cuentan que cuando salí del armario mi viejo, tras el impresión inicial, le dijo a mi madre "qué valiente era su hijo" y siguió como sin nada, pendiente de mis idas y venidas, preocupado de que encontrara un trabajo fijo. Yo no sé si habrá sido un acto de valentía pero lo cierto es que desde entonces mi vida ha dado un cambio radical, soy más feliz,  me divierto más y sobre todo me siento más querido de la cuenta, digamos que al encontrarme a mi he encontrado a los otros. Tengo una familia que más que familia parece un grupo de fans que me apoyan en todo y una madre preguntona e indiscreta que pasa repitiéndome que me busque alguien que sea bueno, que no me quede solo. Vivo sin ocultar quien soy y no quiero a mi alrededor a nadie con el que tenga que fingir o disimular, soy un todo no un pollo frito del que se puede escoger m

El honor fue mío

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Hace unos años tras unos problemas de salud y un largo proceso de rehabilitación cardiaca que obligó a mi viajo a llevarme tres veces por semana a terapia empecé a sentirme una carga familiar, muy preocupado se lo comenté, diciéndole lo incómodo que me hacía sentir todo aquello. Su respuesta, corta y concisa fue: -"No, para mi es todo un honor." Él poco dado la filosofía, reservado por naturaleza, me había dado una respuesta sorprendente, yo esperaba un simple "por que es mi deber" ó "por que sós mi hijo" pero me había dicho unas palabras que resumían no solo su relación conmigo sino con todo su entorno, como desde su perspectiva no había logrado ningún éxito sonoro, ni acumular bienes o ser famoso se sentía el ser humano más normal y pequeño del mundo admiraba a mucha gente, se sentía agradecido por ayudar y se sentía profundamente honrado por tener la familia que tenía y los amigos que había hecho a lo largo de los años y hasta por los de sus hijos

Madre en préstamo

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A los siete años Douglas tenía el corazón partido. Sus padres no solo se habían divorciado sino que además, su madre se había ido a trabajar a Estados Unidos y eso le había dolido muchísimo a mi compañero de primaria, él no decía nada porque "había que ser valiente y aguantar las ganas de llorar como un hombrecito" -como te decía hasta el cansancio medio mundo- pero se le veía tristón, en clase tenía fama de ser un amargado sobre todo cuando se acercaba alguna festividad como el día de la madre y nos ponían a hacer alguna manualidad para regalar. -"Maestra, y si uno no tiene mamá, a quien le damos lo que vamos a hacer ¿a la chancera de la esquina?" La clase entera celebraba entre risas ese comentario dicho en plan de broma pero que ocultaba el drama en el que vivía mi pobre amigo, quien no paraba de decirme que era un "dichosote" porque tenía una madre que no solo era la mejor de la Escuela sino que además de "tan linda parecía una artista de ci