Reina a la fuerza
Contaba mi madre que a regañadientes y por insistencia de su tío Eladio, que era líder comunitario y dueño de la pulpería más famosa del barrio, aceptó ser candidata al reinado de belleza de su pueblo. No estaba muy contenta que digamos pero la verdad que era muy sencillo: solo tenía que vender boletas de participación entre sus conocidos, ir a un par de actividades protocolarias y asistir gratis al baile inaugural de los Festejos Populares, ni tan mal. Lo que no contaba mi vieja es que entre mi padre y la prole de tíos y primos que tenía iban a vender todas las papeletas en un santiamén y se iba a convertir en Haydée I, flamante Reina de las Fiestas de Zapote, título con el que apareció en toda la publicidad del baile de coronación con "orquesta y cena" que, con foto suya incluida, se empapeló todo el pueblo. Como toda reina para su coronación necesitaba un vestido digno, así que a toda prisa la costurera del vecindario le hizo un vaporoso vestido que para sorpresa de todo