Tristeza nacional

En octubre del 2017 el Gobierno de Costa Rica decretó tres días de Duelo Nacional por las ocho víctimas que dejó la tormenta Nate en el país. Al 3 de marzoo del 2021 llevábamos 2820 muertos por COVID-19 y la Administración Alvarado sigue sin querer decretarlo, como hemos venido pidiendo un grupo de familiares de víctimas de la pandemia a través de la plataforma Change.org desde noviembre del año pasado. 

 Al parecer Casa Presidencial está a la espera de hacerlo cuando se dé por terminada y controlada la pandemia dentro de muchos, muchos meses. Es decir, nuestros muertos pueden esperar, lo que no ha pasado en otros países como España, en donde en mayo del 2020 se declararon dos semanas de Luto Nacional por las Muertes del COVID 19 al final de la primera ola. En Costa Rica preferimos esperarnos, dejar que todo pase. 

Una triste noticia para quienes desde hace meses venimos insistiendo en la necesidad que pronto se declare al menos un día en el que los que perdimos a un ser querido por la pandemia podamos rendirle ese homenaje, la despedida que nunca tuvieron quienes murieron en soledad, una fecha que permita además reconocer el gran trabajo que ha venido realizando todo el personal médico, atendiendo y cuidando por nosotros a nuestros familiares y amigos. En otros países se les ha aplaudido, en Costa Rica seguimos a la espera que todo pase. 

 Postergar ese homenaje, dejarlo para más adelante, es además desperdiciar la oportunidad de lanzar a la población un poderoso mensaje de que algo está pasando AQUÍ y AHORA, y que tenemos que aunar esfuerzos para salir airosos de este desafío mundial. En un año o más -cuando todo pase- ese mensaje no tendrá mucho sentido y a muchos, lamentablemente, parecerá una historia lejana. 

 Postergarlo además, es una muestra de miopía política: sería una lástima que como estamos en año pre-electoral, la iniciativa se pospusiera tanto que el que terminara declarando el Duelo por las Víctimas del COVID fuera un gobierno distinto al que ha enfrentado la pandemia. Por nada del mundo, el equipo de don Carlos Alvarado debería permitirlo, sería un fracaso político en toda regla. 

 La ocasión propicia habría sido este mes de marzo cuando se cumple un año del primer caso por COVID en nuestro país, además el Gobierno no tendría que hacer ningún despliegue extraordinario,simplemente hacer lo que tiene planeado para ese día pero bajo la declaración de Duelo Nacional.  Sería una forma sencilla de aliviar el dolor de quienes lloramos la partida de algún ser querido, de decirnos que la Patria oficialmente y con toda la dignidad del caso, comprende nuestro dolor, que nos abraza y nos consuela, y de darle la oportunidad a la sociedad nacional de detenerse y pensar en cómo nos ha cambiado a todos esta crisis y los desafíos que tendremos que enfrentar en el mundo post-covid.

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