Marzo de 1981

 

Mi vida cambió abruptamente aquel marzo de 1981. Tras dos años de estar en un colegio donde no te escupían por ahorrar saliva pero te hacían la vida imposible por no ser lo suficientemente rudo, por fin mis padres escucharon mis súplicas y amenazas y decidieron cambiarme de instituto y con ello transformar por completo el mundo que había conocido hasta entonces. 

Era como un sueño estar en un lugar donde nadie se pasaba el día discutiendo quien era el alfa macho quinceañero de cuarta, donde los profesores llegaban en vaqueros y te trataban de tú a tú y un lugar donde uno gustaba, especialmente a las compañeras sobre todo Zeanne, que con su larga melena castaña y su cuerpo curvilíneo era oficialmente el sex symbol del Cole.

Nadie podía entender que tuviera su cuaderno con corazones llenos de ZyG, y mucho menos que rechazara a todos los galanes que a menudo le declaraban su amor por estar detrás de un firuliche miope y torpe como yo. Fue con ella la primera vez en mi vida que fui a un baile y nada menos que en la Facultad de Ciencias Económicas, toda una hazaña cuando tienes 16 años y te ha costado un mundo que tus padres te den permiso. 

Ese día, bailando con ella abrazada a mi -yo francamente no sabía como agarrarla- descubrí la importancia de resistir y de esperar tiempos mejores, mientras mis excompañeros de cole seguramente seguirían enfrascados en sus discusiones sobre virilidad y fútbol, ahí estaba yo a la luz de la luna, bailando una balada romántica...iniciando los mejores años de mi vida.


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