Un tipo fantástico
Hace unos años estaba enfrascado en una discusión con mi viejo sobre nuestro tema recurrente, es decir de por qué yo le ¨robaba” todos sus calcetines cuando de pronto se empezó a reír, diciéndome que se le había venido a la memoria la imagen mía de cuando yo tenía seis meses “awwwg te mordías los piecitos…eras lo más hermoso del mundo”. Por supuesto que aquello fue el fin de nuestra “discusión” y no me quedó más remedio que abrazarlo como tanto le gustaba. Con el tiempo he pensado que aquella frase a lo mejor resumía como me había visto mi viejo a lo largo del tiempo, como si yo fuera un prodigio de la naturaleza, todo lo que yo hacía estaba bien, le encantaba mi vida, mi trabajo, mis amigos tenía en mí una esperanza a prueba de balas, daba igual que no tuviera trabajo, que mi cuenta en el banco estuviera en números rojos…tratándose de mí todo estaba bien. Mi vieja solía decir que ella me amaba pero lo que mi padre sentía por mí era difícil de superar, tanto que el día en que se fue a