Entradas

Paréntesis

Imagen
Es lo que tiene estar en paro: que te sientes culpable. Da igual que uno se haya quedado sin trabajo por la crisis económica, por un ERE o por una reestructuración empresarial, que te hayas ido con las mejores recomendaciones y con una buena indemnización. Conforme pasan los días, al alivio inicial del “qué bueno que me libré de tantos marrones” sigue la sensación de que hay algo que no encaja y que no está bien eso de estar en casa cuando todo el mundo trabaja a destajo. Uno empieza a preguntarse si habrá hecho algo mal en su historia personal, si se esforzó lo suficiente o si acaso debería haber sido más simpático con los jefes para que se lo pensaran dos veces antes de darte el finiquito. Pasado un tiempo, a la culpabilidad se le suma esa sensación de que hay que reinventarse como sea y a cualquier precio. El otro día me decía un amigo, parado de larga duración, que no había día en el que no pensara en iniciar un negocio, en dedicarse a las cosas más inverosímiles o en emigrar a un

Día nudista

Imagen
Total, que a nadie se le queda bien. Y a las pruebas me remito: el año pasado, durante el verano, la piscina de la Complutense celebró el “Día del uso optativo del bañador”. La noticia causó estupor en muchos, porque hasta donde se sabía nadie obligaba a nadie a usar bañador, hasta entonces se creía que era un tema de libre elección y que lo que pasaba era que a nadie se le había ocurrido no llevarlo. Por eso media comunidad universitaria se quedó perpleja, preguntándose: “Ah, ¿pero es que era obligatorio?”. Al hilo de este día festivo y bajo el lema “El desnudo y la libertad de cátedra” se organizaron foros y debates. La otra mitad del mundo académico consideró que el hecho de que la piscina de un centro universitario decretara un día en pelotas era el acabose, la guinda que coronaba la degradación moral de la Universidad. Desde Adán y Eva se sabía que la desnudez no aportaba nada bueno al género humano, de hecho por culpa de ella nos echaron del paraíso. Así que previendo lo peor y b

"Low Cost" a ocho mil metros de altura

Imagen
Desde que comenzó la era del “bajo coste” mi vida ha cambiado radicalmente. De un zarpazo desapareció todo la magia que tenía el viajar en avión. Y es que para un paleto como yo, tenía algo de encanto eso de que te atendieran bien durante un vuelo y te dieran comida y bebida. Por más mala que fuera, por lo menos te entretenía –sobre todo en los vuelos largos- y te daba la sensación de que viajar en avión significaba algo. Ahora todo es distinto y eso se percibe desde el momento en que compras el billete y la chica del mostrador de la agencia te lee todas las “contra indicaciones” del producto con el mismo tono de voz y rapidez que lo hacen en los anuncios de medicamentos de la tele: No se admiten reservas anticipadas ni cambios en las fechas, las cancelaciones no se reembolsan, no se permiten equipajes de más de 5 kgs, los horarios están sujetos a cambios (por lo que hay que llamar la víspera),por favor presentarse con tres horas de antelación en el aeropuerto y tenga en cuenta que el

Como perder amigos en Facebook

Imagen
Hacer amigos en Facebook es lo más fácil del mundo, perderlos es todavía más fácil sobre todo cuando se olvida que al igual que en todo los marcos que implican alguna interacción social requiere que se cumplan ciertas normas mínimas que aseguren una feliz “convivencia virtual”, normas que no son muy distintas de las que se aplican en la vida cotidiana; después de todo detrás del perfil hay una persona, alguien de carne y hueso –en la mayoría de los casos- con aspiraciones, problemas y manías. Y eso es algo que no hay que olvidar si queremos tener un millón de amigos en el ciberespacio. ¿Qué cosas nos molestan en nuestro mundo virtual? Es una pregunta que suelo hacer a la gente y las respuestas suelen sorprenderme sobre todo por la coincidencia: • Que nos etiqueten en fotos en las que aparecemos. En los últimos años todos nos hemos vuelto un poco paparazzi, siempre dispuestos a captar ese momento especial para colgarlo en la red y compartirlo con amigos y desconocidos. Muy entrañ

China y mi madre

Imagen
Este año el gran acontecimiento en mi pueblo es la inauguración del Estadio Nacional construido gracias a la “desinteresada generosidad de China”, como rezan todos los comunicados oficiales. En pocos días posiblemente todo el país en pleno asistirá a tan magno evento, todos menos mi madre. No por que no pueda, como ella deja bien claro cuando en casa se saca el tema sino porque lleva años realizando un boicot unilateral y solitario contra todo lo que sea hecho en China. Ropa, electrodomésticos, adornos, domésticos en su casa no entra nada que esté hecho en China y para asegurarse que se cumple al pie de la letra su “embargo comercial” ella se encarga pacientemente de revisar las etiquetas de todo. El otro día me llamó para contarme que estaba indignada porque el Seguro Social le había mandado unas pastillas hechas en China. Apenas llegó de la clínica arrojó todos los botes al basurero para “prevenir” una intoxicación familiar. Está convencida, y no se corta en proclamarlo ante extraños

El abuelo

Imagen
Total que mi abuelo Mario se murió sin decirme nada trascendente, una frase de “esas” con las que uno encabezaría su autobiografía, en caso de ser famoso, Se fue a como pasó toda su vida: bromeando. Daba igual que estuviera en una cena formal, en un funeral o en un hospital recién operado, siempre se las ingeniaba para soltar algún chiste políticamente incorrecto que nos hiciera reventar de risa. Mi abuela tenía toda la esperanza de que en sus últimos días se formalizara y se comportara “de una vez por todas” como un venerable anciano, pero ni caso. El seguía con sus bromas de siempre, como si el final no se estuviera acercando y como si la vida no hubiera que tomársela en serio. Cuando estaba agonizando, a menudo me decía con solemnidad, “Hijito mío tengo algo muy importante que decirte” y yo, con un nudo en la garganta acercaba el oído para poder escuchar su voz casi inaudible y me decía: “resulta que había una señora con una dentadura postiza…”, el chiste me lo sabía de memoria porq

Jamón Jamón

Imagen
No falla. Siempre que en cualquier mesa de tragos comento que no como -y que no me gusta- el jamón pasa lo que pasa. Primero un silencio sepulcral, el típico de cuando alguien ha metido la pata y el público espera la rectificación inmediata, luego las miradas de espanto cuando se descubre que no se trata de una broma, a continuación el período de preguntas (“¿Qué dices? ¿Estás en tus cabales?) y finalmente el homenaje de cada uno de los comensales al mejor jamón que han probado, el de su pueblo claro está. Tengo amigos que en ese momento lloran de emoción al recordar todos los jamones de su vida, esos “que de tan buenos se deshacían en la boca”. Conclusión unánime: si alguien no come jamón es porque nunca ha probado un buen jamón y punto pelota. La verdad que soy un poco temario porque criticar el jamón en este país no solo es muestra de ignorancia absoluta sino que es considerado un insulto: después de la selección española en la final de un Mundial no hay nada que una más a los espa