Perdonar
Fue por ese entonces que mi madre nos llamó a la cocina a mí y a mis hermanas para decirnos que no teníamos que estar enfadados con él, que era un ser humano y como tal cometía errores y que a lo mejor nosotros de adultos cometeríamos los mismos y que al contrario, teníamos que amarlo más que nunca, estar cerca de él y tener presente lo más importante para él éramos nosotros. Además, nos decía que estuviéramos tranquilos porque el divorcio ni se lo planteaba porque lo amaba a él y no podía dejarlo solo justo cuando más lo necesitaba, y que de eso se trababa el amor de perdonar y seguir adelante.
Dicen que hay momentos en los que lo seres humanos somos mejores que los ángeles, yo creo en ese instante y en los años posteriores, mi vieja lo fue porque acampañó a mi padre en uno de los períodos más difíciles para él y lo sacó adelante. Sé que para ella no fue fácil y que pasaron algunos años antes que las aguas volvieran completamente a su cauce pero la lección de perdón que nos dio nos quedó tatuada en el alma.
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