¿Hay algo que celebrar?

 

Después de la pérdida de mi padre por un ataque al corazón y dos meses después la de mi madre por COVID el año pasado, del largo luto en plena pandemia, de años sin trabajo fijo y una eterna economía de guerra ¿Hay algún motivo para el júbilo? ¿Para la risa?

Hay gente que dice que nunca celebra su cumpleaños, que es una fecha cualquiera y que no hay nada que celebrar, yo discrepo en absoluto por una sencilla razón: aunque la vida no haya sido como tú quieres probablemente aquel día fue un gran día para tus padres y para tu familia, una fecha marcada y esperada en el calendario como es mi caso.

Mis padres no se cansaron de decirme lo maravilloso que había sido ese día, uno de los más felices de su vida y mi vieja decía que esos nueve meses se le habían hecho eternos porque no deseaba otra cosa que ver mi cara. ¿Cómo no voy a celebrar eso? ¿Cómo no voy a aplaudir y hacerle la ola a la vida por haber sido tan esperado y tan amado?

Tras el año pasado y su tristeza yo me declaro abiertamente partidario de las celebraciones.
Las cosas malas tarde o temprano nos pasarán, como es ley de vida, la enfermedad y la muerte tocarán a nuestra puerta mucho antes de lo esperado por lo que tenemos que aferrarnos y festejar, las pequeñas y grandes alegrías que tenemos, descorchar el mejor champán cuando la vida nos sonríe…celebrar bodas, cumpleaños, ascensos laborales, compra de casa, de zapatos nuevos...cualquier cosa debería ser excusa para hacer un brindis y declararnos en día de fiesta nacional.

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