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Mostrando entradas de abril, 2021

Retiro Espiritual

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La suerte quiso que en ese retiro espiritual al que asistíamos un variopinto grupo de personas, la risueña novicia se sentara frente a mi a la hora de almozar. Minutos antes los organizadores nos habían pedido que hiciéramos "ayuno de palabras" para que pudiéramos sentir el influjo divino en la paz y quietud del silencio, reconectarnos con las fuerzas del universo en todo momento.   La suerte quiso que me sentara precisamente en la silla que tenía las patas flojas, algo de lo que me percaté a los cinco minutos pero por no romper la magia del momento, esa atmósfera de reflexión que se había creado en ese salón en el que estábamos treinta almas, decidí no pararme y salir a buscar otra. Con un poco de suerte si me quedaba quieto, haciendo movimientos mínimos, nada pasaría pero mis cálculos erraron porque conforme pasaba el tiempo las patas comenzaban a ceder y a ceder hasta hacer crack y terminar yo en el suelo, rodeado de las carcajadas de la futura monja y de todos los comen...

Felicidad a plazos

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  Desde el Lunes, Doña Haydeé, es decir mi madre, anunció a bombo y platillo que ya era hora de estrenar juego de comedor, que estaba cansada de ver el mismo casi desde el día de su boda y que le habían recomendado una tienda que tenía muebles preciosos y lo mejor de todo, los vendían a plazos, a paguitos como se dice en mi pueblo y que en ese entonces era un sistema "mágico" que al menos en casa nos permitía llevar una vida más que digna: ropa, electrodomésticos, bicicletas, cosméticos hasta el pan de desayuno...a decir verdad en nuestro hogar no había nada que se hubiese comprado al contado. Así que el sábado me tocó a acompañar a mi vieja a la mueblería. Fuimos en bus, que ni para taxi alcanzaba, y desde que entró se fijó en un juego de comedor enorme, de madera fina y sillas tapizadas verde musgo que le pareció el colmo de la elegancia. ¡Qué diseño de mesa! ¡Qué comodidad de sillas! -decía mientras se sentaba una y otra vez-¡Qué trinchante, finísimo! Se salía un poco de p...

Pic-Nic

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Aquel día de verano yo estaba disgustado. Había planeado llevar a mi padre a Cercedilla, para que viera el paisaje de la Sierra madrileña pero tras bajarnos en el destino final no hubo forma de encontrar la ruta adecuada así que acabamos perdidos en una urbanización y sin más remedio que sentarnos en el primer descampado que encontramos a comernos un bocata de queso y brindar con una lata de cerveza que habíamos comprado en un chino porque por más que buscamos en nuestros bolsillos no nos alcanzaba para entrar en un restaurante y probar uno de esos menús que nos habían hecho la boca agua cuando pasamos por el centro del pueblo.   No recuerdo de que hablaríamos esa vez, seguro de lo siempre, de la infancia de mi viejo, de sus primos y amigos y de paso nos contaríamos alguna anécdota divertida de las que tanto nos hacían reír. Desde mi punto de vista el paseo había sido un completo fracaso porque nada había pasado como lo había planeado...desde el punto de vista de él fue un ...