domingo, 4 de marzo de 2012
Posdata
Nunca se imaginaron esos pequeños mensajes cotidianos escritos a toda prisa detrás de una factura, en un post-it o en cualquier papel que tuviéramos a mano que algún día se convertirían en cartas de amor. En su momento poca importancia le dimos, hay que estar loco para dar pensar que una simple lista de la compra, un “No te olvides de llamar a tu familia” o “¿Y si cenamos afuera?” vaya tener alguna trascendencia, pero con el paso del tiempo esos papelitos sin importancia se transforman en testigos de una historia. De repente un día nos los encontramos en el cajón de la mesa de noche, los miramos con ternura, sonreímos o se nos escapa alguna lágrima furtiva sobre todo cuando algunos de ellos terminan con una pequeña postdata: “Te quiero”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Reporteros
En mi época de reportero en Costa Rica –por lo general los periodistas nos cansamos de esa época pero de una forma u otra siempre la añora...

-
Comenzamos a saludarnos de tanto vernos en la noche madrileña. A mí me llamaba la atención porque no cuadraba en nada con el estereotipo de...
-
Aquella vez mi vieja decidió que para la celebración del Día del Padre en casa de mi Tío German había que hacer algo distinto y divertido as...
-
Durante muchos años a la persona que más lástima le tuve fue a don Edgar, mi profesor de música durante la Primaria. No sé por qué me daba t...
1 comentario:
..."es lo que tienen aquellas pequeñas cosas" ;)
Un abrazo, Guille!
Alberto
Publicar un comentario