La venganza de Hilaria


Por fin, por fin ya casi nos han confirmado que la candidata demócrata para las elecciones de USA será Hillary, la esposa cornuda pero nunca apaleada que ha logrado compatibilizar a la perfección y con sorprendentes resultados su vida familiar y profesional para envidia de todas las mujeres del mundo que a duras penas sobreviven a la rutina diaria.

Tiembla Washington, tiembla la Casa Blanca y tiembla el futuro First Gentleman Bill Clinton que a partir de ahora, según la más pura tradición política americana que siempre ha visto en las primeras damas un remake de reinas y princesitas, deberá asistir a todos los actos de beneficencia habidos y por haber, acompañar a su mujer a las cenas de galas y saludar graciosamente al público en general y en particular. Vamos que a partir de ahora Bill tendrá que ser tan modosito como han sido todas sus predecesoras, todas menos su mujer claro está, que cuando no estaban en un rastrillo o tomando el té con la Reina de Inglaterra estaban haciendo ganchillo al lado de la sala oval.

Así que a partir de ahora la vida doméstica en la Casa Blanca será una de las mayores preocupaciones de los gringos y del mundo entero que ya sabemos que cuando hay crisis conyugal en Washington la dicha del planeta está en serio peligro. Habrá que ver si Billy se convierte en sumiso y abnegado esposo que es lo que debería ser en honor de todas las First Ladies de USA -y en penitencia por su tortuoso pasada sentimental, que se lo tiene bien merecido- o se convierte en el poder detrás del trono, que es lo tiene a muchos aterrorizados que ven en el dúo argentino Fernández-Kirchner, una versión cutre del futuro presidencial de Yanquilandia.
Menos mal que Hillary esta semana ya advirtió que en caso de ganar las elecciones de noviembre ya se verá “quien lleva –y ha llevado, agregarían algunos- los pantalones en la Casa Blanca”. ¡Es la venganza de Hilaria!

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