Madre 8.0
Cuando salí del armario hace muchos años -la mejor decisión de mi vida- mi vieja se descargó la versión actualizada del Programa Madre 8.0 y se puso al día en todo lo relacionado con el mundo de la diversidad, se veía cuanto programa de televisión había sobre el tema, se leía artículos de periódicos y me comía la cabeza con mil preguntas - las indiscretas eran su especialidad- sobre todo lo habido por haber del mundo LGTB.
Pasó de ser una contabilista jubilada a una militante que vivió indignada una
campaña electoral porque estaban atacando a gente trans –“Si los pobres trabajan
en la calle y nadie los defiende.Gentuza son los políticos ésos”-. Nunca me
sentí más orgulloso de ella más agradecido con el Universo por haber salido del
armario porque así pude confirmar el portento de madre, y de familia, que la
vida me había dado.
Por supuesto qué junto a esa militancia recién inaugurada -y
aclarada esa parte de mi vida- mi vieja le declaró la guerra a mi soltería. Se
pasaba el día preguntándome por amistades, por si había alguien que me hiciera
tilín, porque por nada del mundo quería que me quedara solo porque desde su
perspectiva la vida tenía más sentido cuando se vivía a cuatro manos.
En cuanto comenzaba a hablar muy bien de alguien, a decir
que le encantaba su personalidad, que era muy buena gente yo la venía venir:
- “¿Y no le gusta?
-Mamá que tiene pareja.
-¿Y eso qué?
Tras un minuto de silencio volvía a la carga:
-¿Y en la Sinagoga que va tanta gente buena? ¿En el gimnasio?
¿En TODO Madrid o Tel Aviv no hay nadie al que usted le guste?
-No, nadie.
-¡Pues muy mal gusto tiene la gente!"
Feliz Pride.
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