Superhéroes


Con mi padre bombero y mi madre voluntaria en un hospital pasé mi infancia pensando que mis viejos eran una especie de Superhéroes venidos de algún planeta lejano a rescatar a la humanidad entera. Los padres normales después del trabajo iban al fútbol, de compras o simplemente se dedicaban a descansar los míos en cuanto podían se uniformaban y salían a combatir el mal. Por un lado salía mi padre con su traje y casco a toda prisa para llegar a tiempo para apagar un incendio y por el otro salía mi madre impecable con su placa de identificación como Dama Voluntaria a pasarse la tarde visitando enfermos. 

Como si fuera poco en cuanto caía el aguinaldo corrían al super a comprar comida y regalos para familias necesitadas y estábamos más que habituados a que los fines de semana mi madre interrumpiera su almuerzo para atender la llamada urgente de alguna amiga deprimida, "Si uno lo hace, ¿quien lo va hacer? solía repetir cada vez que protestábamos por la interrupción.  ¿Estaban locos o qué? Con lo bien que se estaba sin pensar en los demás, felices en nuestra burbuja, sin necesidad de arriesgar la vida o de consolar a extraños...en el fondo todo eso me hacía sentir orgulloso: mis viejos  no luchaban contra villanos pero se pasaban el día haciendo el bien.

Con los años he pensado que a lo mejor es que en nombre de ese bien que hicieron mis viejos, de ese buen carma que crearon, es que en momentos de necesidad en mi pueblo o a miles de kilómetros, inexplicable y hasta milagrosamente siempre he encontrado alguien que de la nada y sin esperar nada ha corrido a ayudarme. De la forma más insólita y misteriosa nunca nunca me ha faltado nada. 


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