Decía mi madre

Decía mi madre que no, que cuando uno se siente peor tiene que estar mejor. Que la gente comete siempre el mismo error: se divorcian, se abandonan por completo. Se quedan sin trabajo y se visten con harapos, están tristes y se deprimen aún más haciendo cosas que los depriman. Que no, que no es así como se enfrenta la vida. Cuando uno se siente peor hay que estar mejor y para muestra me re-contaba su historia, el tiempo en que ella lo pasó fatal porque mi padre por una cadena de errores no solo perdió su trabajo en el Banco sino que tuvo que enfrentar un largo un juicio en el que no se sabía si iba a salir bien, todo eso en el marco previo de una crisis matrimonial, "No podía estar en peor situación, quería morirme todos los días pero no". 

Decía mi vieja que lo normal, y lo que todo el mundo esperaba, era que estuviera hundida, que anduviera hecha una tristeza suplicando caridad pero que no, que no podía darse el lujo de tirar la toalla porque tenía tres bocas que alimentar, un marido al que apoyar y ver que pasaba con su matrimonio. Así que sin mucho pensarlo aceptó un trabajo como becaria y se lanzó al mercado laboral muerta de miedo, pensando en que lo suyo eran las ollas de cocina y no los registros contables. Que nadie podía adivinar el drama por el que estaba pasando, que nadie podía creer que esa señora vestida de ejecutiva en el bolso apenas llevaba dinero suficiente para el autobús, ni siquiera le alcanzaba para el almuerzo que corría a cuenta de un hermano que trabajaba con ella. Que nunca se vistió mejor, ni tuvo más dignidad  y sacó más fuerzas que en esa época, que se dio cuenta con el "pobrecita yo" no llegaba a ningún lugar, que no podía rendirse, "cuando peor lo esté pasando uno hay que QUERERSE más".

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