Llegó el verano, échate
a temblar, las grandes decisiones del año se toman en esta época. Es lo que
tiene el calorcito, que aunque pareciera que nos atonta en el fondo nos tiene
muy despiertos y como estamos de relax, con mojito en mano y el mar enfrente
libramos nuestros sentidos, nos relajamos y llegamos a la triste conclusión que
la vida que llevamos no nos gusta. El trabajo es una pesadilla, nuestros
compañeros son inaguantables y seguimos sin sentirnos realizados, la casa en la
que vivimos necesita reforma urgente, estamos demasiado fofos -tenemos que
apuntarnos a un gimnasio YA- y nuestro
matrimonio hace mucho que hace aguas, estamos malgastando el tiempo con una
pareja que ni fu ni fa cuando el mundo está lleno de gente más interesante. Las
portadas de otoño son un poema al desamor y las reuniones de empresa post vacaciones
casi siempre anuncian tragedias en aras de la "optimización" de
recursos que pensó el jefe durante sus vacaciones mientras tomaba el sol en el
Caribe. La culpa de todo la tiene el maldito verano...
domingo, 23 de julio de 2017
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