lunes, 24 de marzo de 2014
Flirtear en tiempos Apps
Total que tanta app para ligar ha dado al traste con el viejo arte de cortejar. Antes, en el siglo pasado , parte del encanto de salir una noche era la lejana o cercana posibilidad de encontrar su media naranja. Chicos y chicas se ponían sus mejores galas, acudían a bares y discotecas para ver, dejarse ver y flirtear un poco. Todos de una u otra forma sabíamos hasta el cansancio las mil y una estrategia para ligar y cómo iniciar maniobra de acercamiento con excusas tan ridículas como pedir la hora -con un reloj gigantesco en la pared- o decir un piropo chapucero -me encantan rellenitas como tú. En ese entonces uno sudaba, se quebraba la cabeza pensando en qué decir pero disfrutaba del panorama, del intercambio de miradas y sonrisas. Entonces la noche era un campo de juego lleno de mil promesas pero llegaron las apps y acabaron de sopetón con todo ese mundo de seducción. Flirtear pasó de moda. Nadie mira a nadie tan solo a su smartphone de ultimísima generación, se pasan las horas muertas chateando con gente que posiblemente nunca lleguen a conocer mientras tu miras nostálgico la botella de cerveza pensando en lo viejo y aburrido que se ha vuelto el mundo.
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