miércoles, 1 de febrero de 2012
Es lo que tiene el desamor, que de repente empiezas a fijarte en los detalles, en las pequeñas cosas que adoras de esa persona que has perdido o estás a punto de perder. La forma en que sonríe cuando ha tenido un buen día, cómo camina de prisa cuando quiere llegar al cine y ver la peli de su vida (otra vez), cómo se peina por las mañanas mientras intenta no dormirse frente al espejo, con la ilusión que come un plato de pasta hecho a toda prisa o como te da los buenas días con una mirada que espanta nostalgias y destierra muertes y olvidos. Es lo que tiene el desamor, que te pasas el día haciendo un inventario de todas esas cosas insignificantes que por nada del mundo te habrías perdido pero de las que estás a punto de despedirte. De repente quieres detener el tiempo, grabar en cámara lenta todos esos pequeños momentos y sentir que son parte de tu alma.
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