¿Para qué sirven los balcones?

Obviamente, para cotillear y para nada más. Por mucho que se diga que los balcones sirven para dar luz, para colocar plantas o añadir un toque coqueto a cualquier edificio, está claro que todo son excusas, porque no hay nada mejor que ver cómodamente el mundo desde un balcón en actitud triunfal, como Julio César en su trono. Desde ahí, con el mayor descaro del mundo, podemos ver desde escenas amorosas hasta pleitos callejeros y desfiles, y saludar a la vecina de enfrente (aunque no la soportemos).

Cotillear desde una ventana es una indiscreción, pero hacerlo desde un balcón es poesía pura. Hablo con la autoridad que me da el haber vivido durante cinco años en un piso con balcón a la calle Mayor de Madrid, una época maravillosa en la que apenas veía la tele, porque los telediarios resultaban ñoños comparados con lo que contemplaba desde mi habitación. Pasaba los días entretenidísimo cotilleando a todo dios sin percatarme de que mis vecinos, y el público en general, a su vez también podían verme. El día que lo descubrí dejó de gustarme el balcón.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Duendes

Manos entrelazadas

Desganada