Mi vieja recorrió todo el camino pensando en que a lo mejor era unas merecidas vacaciones con todo pago en San Andrés, que por entonces estaba de moda como destino vacacional de la clase media, o a lo mejor una enorme canasta de víveres de esas que adornaban la entrada y que estaba llena de cositas que le gustaban a la familia o un vale para un vestido de la boutique "La Dama Elegante", un lujo imposible con su salario. ¡Qué ilusión con todo! Por fin, entre aplausos subió al escenario al tiempo que el presentador metía la mano en un caja de cartón y sacaba un papel en el que se asignaba el premio. "Señora, es su día de suerte: ha ganado un delicioso bollo de pan cuadrado de Panificadora Camacho, veinte años alimentando al pueblo de Costa Rica. Muchas felicidades!"
Mostrando entradas con la etiqueta madre. Mostrar todas las entradas
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lunes, 14 de septiembre de 2020
¡Bingo!
Mi vieja recorrió todo el camino pensando en que a lo mejor era unas merecidas vacaciones con todo pago en San Andrés, que por entonces estaba de moda como destino vacacional de la clase media, o a lo mejor una enorme canasta de víveres de esas que adornaban la entrada y que estaba llena de cositas que le gustaban a la familia o un vale para un vestido de la boutique "La Dama Elegante", un lujo imposible con su salario. ¡Qué ilusión con todo! Por fin, entre aplausos subió al escenario al tiempo que el presentador metía la mano en un caja de cartón y sacaba un papel en el que se asignaba el premio. "Señora, es su día de suerte: ha ganado un delicioso bollo de pan cuadrado de Panificadora Camacho, veinte años alimentando al pueblo de Costa Rica. Muchas felicidades!"
jueves, 4 de junio de 2020
Madre en préstamo
A los siete años Douglas tenía el corazón partido.
Sus padres no solo se habían divorciado sino que además, su madre se había ido a trabajar a Estados Unidos y eso le había dolido muchísimo a mi compañero de primaria, él no decía nada porque "había que ser valiente y aguantar las ganas de llorar como un hombrecito" -como te decía hasta el cansancio medio mundo- pero se le veía tristón, en clase tenía fama de ser un amargado sobre todo cuando se acercaba alguna festividad como el día de la madre y nos ponían a hacer alguna manualidad para regalar.
-"Maestra, y si uno no tiene mamá, a quien le damos lo que vamos a hacer ¿a la chancera de la esquina?" La clase entera celebraba entre risas ese comentario dicho en plan de broma pero que ocultaba el drama en el que vivía mi pobre amigo, quien no paraba de decirme que era un "dichosote" porque tenía una madre que no solo era la mejor de la Escuela sino que además de "tan linda parecía una artista de cine".
-"Cuando quiera se la presto".
-"Y le puedo decir Mami, también?"
-"Ay, no sé....bueno, está bien pero a cambio me tiene que ayudar con todas las tareas."
Y dicho y hecho. Durante los años siguientes pasé "prestándole" mi vieja, para reuniones o actividades especiales se sobreentendía que si el padre de mi amigo no podía asistir mi progenitora nos representaba dignamente a los dos y si había alguna excursión al campo no me quedaba más remedio que sentar a mi madre en medio de los dos...eran esos días en los que Douglas no paraba de sonreír: "Ay que bonito, Mendes, vino Mami con nosotros, hoy comemos rico y nos chinean a los dos"
No me di cuenta lo que había significado mi madre en la vida de mi amigo hasta que años después cuando me enseñó su álbum de fotos de familia: en la primera página, al lado de sus abuelos, de su padre y de su hermana, en medio de la gente que quería más que nada en el mundo estaba una imagen grande de él y mi vieja el día de nuestra graduación de primaria.
Sus padres no solo se habían divorciado sino que además, su madre se había ido a trabajar a Estados Unidos y eso le había dolido muchísimo a mi compañero de primaria, él no decía nada porque "había que ser valiente y aguantar las ganas de llorar como un hombrecito" -como te decía hasta el cansancio medio mundo- pero se le veía tristón, en clase tenía fama de ser un amargado sobre todo cuando se acercaba alguna festividad como el día de la madre y nos ponían a hacer alguna manualidad para regalar.
-"Maestra, y si uno no tiene mamá, a quien le damos lo que vamos a hacer ¿a la chancera de la esquina?" La clase entera celebraba entre risas ese comentario dicho en plan de broma pero que ocultaba el drama en el que vivía mi pobre amigo, quien no paraba de decirme que era un "dichosote" porque tenía una madre que no solo era la mejor de la Escuela sino que además de "tan linda parecía una artista de cine".
-"Cuando quiera se la presto".
-"Y le puedo decir Mami, también?"
-"Ay, no sé....bueno, está bien pero a cambio me tiene que ayudar con todas las tareas."
Y dicho y hecho. Durante los años siguientes pasé "prestándole" mi vieja, para reuniones o actividades especiales se sobreentendía que si el padre de mi amigo no podía asistir mi progenitora nos representaba dignamente a los dos y si había alguna excursión al campo no me quedaba más remedio que sentar a mi madre en medio de los dos...eran esos días en los que Douglas no paraba de sonreír: "Ay que bonito, Mendes, vino Mami con nosotros, hoy comemos rico y nos chinean a los dos"
No me di cuenta lo que había significado mi madre en la vida de mi amigo hasta que años después cuando me enseñó su álbum de fotos de familia: en la primera página, al lado de sus abuelos, de su padre y de su hermana, en medio de la gente que quería más que nada en el mundo estaba una imagen grande de él y mi vieja el día de nuestra graduación de primaria.
lunes, 15 de julio de 2019
Efímeros
Dice mi amigo que le cuesta reconocer en esa mujer silenciosa y distraída a su madre, la que no paraba de bailar en la Feria, la que desde pequeño le enseñó sus primeros pasos de Sevillanas, la de las respuestas ingeniosas para todo, la que se arreglaba con esmero para salir a dar una vuelta por el pueblo del brazo de su marido. Cuesta reconocerla pero sabe que está ahí, y que cuando se tiene Alzheimer el tiempo es oro, cada segundo compartido cuenta porque nunca se sabe qué pasara el próximo día, repetir las veces que sean necesarias los "te quiero mucho", tomarla de la mano, sentir su piel suave, caminar con ella, hacerle cualquier comentario gracioso de los que antes la hacían reír a carcajadas, acariciar su pelo, decirle que mañana será otro día, que todo será distinto, mirarla con ternura y que ella vea tu rostro con atención y que sepa reconocer en él parte de su historia. "Todavía sabe quien soy...hay que aprovechar al máximo", dice mi compañero mientras intenta disimular su tristeza pidiendo otra cerveza.
viernes, 11 de marzo de 2011
China y mi madre

Ropa, electrodomésticos, adornos, domésticos en su casa no entra nada que esté hecho en China y para asegurarse que se cumple al pie de la letra su “embargo comercial” ella se encarga pacientemente de revisar las etiquetas de todo. El otro día me llamó para contarme que estaba indignada porque el Seguro Social le había mandado unas pastillas hechas en China. Apenas llegó de la clínica arrojó todos los botes al basurero para “prevenir” una intoxicación familiar. Está convencida, y no se corta en proclamarlo ante extraños y desconocidos, que todo lo que está hecho en ese país es de mala calidad y de procedencia dudosa que con “gobiernos así, que hacen lo que les da la gana con los derechos humanos, nunca se sabe”, así resume brevemente su posición frente al gigante asiático.
Así que me la imagino el día de la inauguración del nuevo Estadio Nacional, construido gracias a la “desinteresada generosidad de China”, sentada frente a la tele esperando a que la gramilla de la cancha de pronto se despegue, a que una puerta se quede atascada o que alguien comente que los grifos del baño no funcionan para decir con satisfacción, “¡Ya lo sabía!”
lunes, 16 de agosto de 2010
Cartas de amor

viernes, 19 de marzo de 2010
Trato hecho

Un día durante el recreo tras reflexionar seriamente sobre los poderes de los superhéroes y las desigualdades de la vida hicimos un trato: él me transcribiría todas las tareas de la Escuela, y yo a cambio le “prestaría” a mi madre para que en todas las actividades extraescolares en las que se necesitara una mamá — las maestras se pasaban el día entero pidiendo ver a nuestras progenitoras, “como si en el mundo no hubiesen también papás”, decía mi compañero con tristeza — ella lo representara.
Aquello funcionó a la perfección: de la noche a la mañana mi letra mejoró “milagrosamente” y mi vieja cuando conoció a Douglas le tomó cariño y decidió — sin tener que mencionarle nuestro pacto — que aquel chiquillo encantador merecía que una madre lo defendiera y le aplaudiera en las asambleas escolares. Nunca me percaté de lo que había significado eso para mi amigo del alma hasta años después, cuando ya adolescentes me enseñó su álbum de fotos familiar. En muchas instantáneas de sus años escolares aparecía mi madre “francamente guapa” al lado de un sonriente y orgulloso Douglas. ¡Nuestro acuerdo había sido todo un éxito!
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