Mostrando entradas con la etiqueta Soledad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Soledad. Mostrar todas las entradas
lunes, 22 de mayo de 2017
Olor a soledad
A mi los selfies siempre me dan un poco de tristeza porque quieras o no siempre huelen a soledad. Antes si querías hacerte una foto tenías que hablar con alguien, decirle a un amigo que te hiciera el favor o algún desconocido. Recuerdo la primera vez que fui a Paris, como en todas mis grandes ocasiones estaba solo por lo que no me quedó más remedio que pasar todo el viaje que pidiéndole a ilustres desconocidos que me hicieran la fotico de rigor frente al Louvre o al Arco de Triunfo para que mis viejos pudieran ver lo bonito que era todo aquello y lo bien que me sentaba viajar. Al final siempre te amigabas con alguien, el día se te hacía más llevadero y llegabas al hotel con la sensación que lo más importante del día había sido precisamente esa conversación con otros turistas. Ahora todo eso se terminó, los parques, los museos y los baños están llenos de gente solitaria estirando los morritos y sacándose selfies día y noche para dejar constancia, por si las dudas, que existen.
miércoles, 21 de octubre de 2015
Low cost people
Tanta interconexión nos está volviendo anti sociales y eso no lo digo yo, lo dicen expertos que han concluido que ya no visitamos a nuestros amigos y no quedamos con tanta frecuencia como hace unos 10 años. A parecer con la explosión de las redes sociales y de todas las app habidas y por haber con la que podemos interactuar, comprar y ligar le estamos dando menos importancia a la gente de carne y hueso. Estamos dispersos porque tenemos un amplio catálogo de gente eternamente disponible, pasamos a la espera de alguien o algo mejor. Como antes era menos sencillo para quedar cuando te citabas con alguien para tomar café o para lo que fuera era El acontecimiento del día, quedabas, querías disfrutar cada segundo con la gente porque sabías lo complicado que podría resultar volver a verse, ahora como estamos tan hiperconectados no nos centramos porque sabemos que lo que no hablamos en persona ya lo hablaremos vía whastapp, lo importante es lo que suceda en el mundo cibernético. Así estamos de tristes y de neuróticos, con gente que se levanta y se acuesta sola, que durante el día deambula por las oficinas y bares pendientes eternamente del móvil sin prestar atención a esa vida que se nos escurre entre las manos.
domingo, 3 de agosto de 2008
La soledad

Como soy bastante vago, incluso me he resignado y hasta he hecho buenas migas con ella, que al final no es tan pesada como la pintan y siempre tiene algo que enseñarnos, sobre todo a escuchar nuestras voces interiores. No sé si les pasa, pero cuando estoy mucho tiempo rodeado de gente, llevando una gran vida social, acabo con el ánimo putrefacto, empiezo a sentirme un poco tonto y termino echando de menos un rato de soledad para estar frente a frente con ese desconocido que soy yo. Gracias a la soledad he descubierto pequeñas verdades de mí mismo y he llegado a una brillante conclusión: esta vida no hay quien la entienda.
Publicado en Si se puede
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Adiós querida lectora
Comenzamos a saludarnos de tanto vernos en la noche madrileña. A mí me llamaba la atención porque no cuadraba en nada con el estereotipo de...

-
Arik, el padre de Ruth Pérez, una chica con parálisis cerebral y distrofia muscular, decidió darle una sorpresa y llevarla al Festival Nova ...
-
Mi fama de chico bueno durante mi juventud me convirtió en la coartada perfecta cuando mis amigos querían portarse mal porque parecía que ...
-
El otro día me encontré en el armario la camisa del último uniforme de colegio que usé, estaba firmada por un montón de compañeros del Lic...