Esos zapatitos detrás del paraguas pertenecen Soledad. Así llamo a la chica sin techo que duerme en mi calle. Hace unos seis meses apareció frente a la puerta del Burdel del lujo mi calle. Al principio creí que se trataba de la madre de una de las chicas guapas que trabajan en el local porque se pasaba horas enteras frente a la puerta del local esperando a alguien que nunca llegaba pero con el tiempo empecé a sospechar que más bien se trataba de una ex-trabajadora del sitio que un día cayó en desgracia y cambió las noches de pasión de moteles por la soledad de las aceras. Cuarenta y muchos o cincuenta y pocos. 1.68 de estatura, melena larga rubia , buena planta y siempre, siempre solitaria. Se pasa el día dormitando debajo del ventanal del restaurante chino enfrente de casa y de noche...de noche duerme donde puede. No suele pedir limosna salvo para cigarros. Coqueta y perpetuamente con ese maletín de ejecutiva en el que esconde su saco de dormir. Ayer por la noche, Soledad, la chica guapa de ayer, tenía una vela encendida en mitad de la calle no se sabe si como oración o para sentirse acompañada en una noche de una primavera que no llega.
Mostrando entradas con la etiqueta Indigencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Indigencia. Mostrar todas las entradas
martes, 3 de mayo de 2016
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
¡Pobre don Edgar!
Durante muchos años a la persona que más lástima le tuve fue a don Edgar, mi profesor de música durante la Primaria. No sé por qué me daba t...

-
Arik, el padre de Ruth Pérez, una chica con parálisis cerebral y distrofia muscular, decidió darle una sorpresa y llevarla al Festival Nova ...
-
Mi fama de chico bueno durante mi juventud me convirtió en la coartada perfecta cuando mis amigos querían portarse mal porque parecía que ...
-
El otro día me encontré en el armario la camisa del último uniforme de colegio que usé, estaba firmada por un montón de compañeros del Lic...