miércoles, 10 de julio de 2019
La mirada de los abuelos
Creo que habría que aprender a verse uno mismo con los ojos que nos miraban nuestros abuelos. En mi caso, a mi abuelo paterno cada vez que lo visitaba se le iluminaba la mirada y me recibía con un "qué bueno que viniste" mientras nos sentábamos a ver fotos antiguas. Era una pequeña fiesta en la que me contaba anécdotas de la familia y de la que siempre salía un poco conmovido porque sus ojos denotaban alegría y confianza que el mundo fuera mejor al estar yo en él. Mi abuela materna por otro lado, cuando yo llegaba se escondía de broma porque se "quejaba" que la abrazaba muy fuerte y que el día menos pensado la desarmaba. Siempre me veía con picardía y alegría porque decía que yo era un diablillo que siempre se salía con la suya mientras se reía. Dos miradas completamente distintas pero que se imprimieron en mi memoria, a lo mejor mis abuelos fueron capaces de captar mejor que nadie el fondo de mi alma y no soy tan mala persona ni tan débil, quizá debería comenzar a verme con mucha, mucha esperanza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Pobre don Edgar!
Durante muchos años a la persona que más lástima le tuve fue a don Edgar, mi profesor de música durante la Primaria. No sé por qué me daba t...

-
Arik, el padre de Ruth Pérez, una chica con parálisis cerebral y distrofia muscular, decidió darle una sorpresa y llevarla al Festival Nova ...
-
Mi fama de chico bueno durante mi juventud me convirtió en la coartada perfecta cuando mis amigos querían portarse mal porque parecía que ...
-
El otro día me encontré en el armario la camisa del último uniforme de colegio que usé, estaba firmada por un montón de compañeros del Lic...
No hay comentarios:
Publicar un comentario