Inmune a la fama

Pasé noches enteras pensando en qué cosas preocupan a los futuros famosos, del tipo cómo firmar autógrafos (y si hay que firmarlos todos), qué hacer cuando te reconocen, qué decir en los homenajes y cómo saludar por las calles. En este último punto estaba indeciso entre saludar a las multitudes moviendo graciosamente la mano, como Doña Sofía, o hacerlo como los boxeadores, levantando los brazos en rotundo gesto de victoria. Por fin llegó tan ansiado día, salió mi foto, me felicitaron mis amigos y pasé días esperando a que alguien me reconociera por la calle, pero nada de nada. Fui famoso, pero nadie se dio cuenta.
Publicado en "Sí se puede"
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