lunes, 27 de julio de 2015
Las cosas que nunca te dije
Al final la gente viene y se va y queda uno con la impresión que quedaron muchas cosas por decirse. Vivimos en un mundo de sobreentendidos, partimos del supuesto que el otro en todo momento sabe perfectamente nuestros sentimientos, que nuestros padres saben que los amamos, que nuestros hijos tienen la certeza que daríamos la vida por ellos o que nuestra pareja sabe que sin ella nuestra vida no tendría sentido. Damos por sobreentendido las cosas más grandes y más pequeñas pero lo cierto del caso es que no siempre las cosas quedan claras y que la gente desaparece de nuestras vidas para siempre sin que todo esté dicho y lo que es peor, con la impresión que nunca las amamos lo suficiente. En mi caso es una de las cosas que más me preocupa: he tenido la suerte de tener unos abuelos maravillosos que alegraron mi niñez, unos tíos que me consintieron como nadie y que un día se fueron, grandes amigos que marcharon lejos para no volver y parejas a las que he querido muchísimo y que ya no están a mi lado y no sé si todos ellos supieron lo que significaron para mi y como mi vida cambió por su presencia. Sin su ternura, sin su sonrisa, sin ese abrazo que me dieron en momentos de derrota o alegría mi vida habría sido completamente distinta. Muchos de ellos me acompañaron durante bastantes años, otros tan solo unos meses pero todos dejaron su huella en mi. Así que mis queridos ausentes allá donde estén, no les quepa la menor duda ni por un segundo que siempre los amé.
martes, 21 de julio de 2015
El muertito
No se puede visitar la Estatua de la Libertad y estar pensando en lo que vas a hacer con un cadáver. Eso fue lo que me pasó en mi primera vez en Nueva York. Había llegado hasta la ciudad para recoger el cuerpo de un tío mío, fallecido varios días antes. Lo que iba a ser una operación relámpago de un par de días, entre visitas a Precintos Policiales para saber qué había pasado con él, morgues y funerarias (para pedir descuentos) se había transformado en un viaje iniciático de 10 días en que todo podía pasar como que el dueño de una funeraria para demostrarte lo práctico que era la cremación pida a su asistente que le traiga a don Luciano y que don Luciano resulte ser un paquetito de 2 kilos, de color rosa pálido, lo ponga sobre su escritorio, lo abra y por culpa de una ráfaga de viento salgas impregnado de don Luciano RIP hasta las cejas, "1.80mts, 190 libras caben en esta cajita, una maravilla". O que la dueña de la casa en la que te estás alojando te diga que de ningún modo, ningún muerto va a dormir bajo su techo y tengas que dejar las cenizas en una tienda de abarrotes, en medio del arroz, la harina y demás cereales aprovechando la buena voluntad del tendedero dominicano. O que uno de los azafatos del vuelo resulte ser un amigo tuyo muy fashion y que tú para no perder glamur le digas con una sonrisa de oreja a oreja que las pasado chachi piruli mientras acomodas el maletín en el que llevas a tu tío. Mi padre siempre comenta que a pesar de la tristeza en el funeral le costó bastante trabajo mantenerse serio de solo recordar cómo había sido mi primera vez en Nueva York.
lunes, 20 de julio de 2015
Amienemigos
Todos tenemos al menos uno en nuestras vidas. Un amienemigo
es ese "amigo" entrañable que está situado en una especie de limbo
porque aunque lo consideras un amigo muchas veces parece tu archienemigo por
cómo se comporta o por las cosas que es
capaz de soltarte y quedarse tan campantes, con la sonrisa de oreja a oreja
preguntando si vais a quedar a cenar. Es el típico que tú le comentas por
ejemplo, que estás feliz porque te han subido el sueldo unos 100 euros al mes y
él te recuerda con elegancia, que gana mucho más que tú y que además lo van
ascender. Lo invitas a que conozca tu nueva casa y en cinco minutos es capaz de
sacar todos los defectos, de aconsejarte nuevos muebles y de advertirte que el
vecindario no es nada bueno. Le comentas que estás preparando una escapadita a
la playa y el te confiesa que su viaje por Tailandia y 33 destinos exóticos lo
tienen agobiado. O si llevas mucho
tiempo en paro te dice con una sonrisa
de oreja a oreja que ya vale, que tienes que ponerte a buscar trabajo, que a él
jamás le ha faltado el trabajo (Uno se queda en shock, pensando que parte de tu
vida de los últimos años no entendió). Lo más difícil de todo es aguantárselos
con la misma alegría con ellos pasan diciéndote cosas pero lo bueno es que son
completamente inofensivos y que una vez
aclarado que ellos son los mejores en todo se comportan como tus ángeles de la
guarda.
domingo, 19 de julio de 2015
Padres desconocidos
Hace unos años me contaba Antonio que por fin conoció a su padre. Durante años había acariciado la idea de ponerle rostro a ese gran ausente de su vida, mil veces había imaginado como sería ese encuentro, lo que se dirían y todo lo que tendrían que contarse como que a los siete años tuvo un accidente en bicicleta y que por eso renqueaba, o que a los 15 tuvo su primera novia -Laura, su vecina- y que había terminado la universidad con notas sobresalientes. Que de niño se dormía pensando en que su padre era un superhéroe que pasaba ayudando a los demás y que por eso no tenía tiempo para conocerlo. Su vieja, siempre reacia a hablar del tema, simplemente le había dicho que era un comerciante español que tenía una tienda de abarrotes en Costa Rica y que cuando le dijo que estaba embarazada, el hombre "si te vi no me acuerdo" y que al poco tiempo había regresado a Valencia.
Cuando Antonio vino a España decidió que era el momento propicio así durante mucho tiempo -y con ayuda de amigos- estuvo intentando localizarlo hasta que por fin logró encontrarlo. Lejos de aquel superhombre de su infancia se encontró con un señor de 70 años, de mirada fría que luego del abrazo protocolario le preguntó qué quería, que si era por el tema de herencia estaba todo repartido entre sus hijos legítimos. Cuenta mi amigo que ese fue el momento más triste de su vida, el dinero era lo que menos le importaba y lo único que quería era darle la oportunidad de conocer a su hijo, ver si necesitaba algo y tener la posibilidad de estar en contacto. "No lo volví a ver nunca más" afirmaba mi amigo mientras intentando contener el llanto.
Cuando Antonio vino a España decidió que era el momento propicio así durante mucho tiempo -y con ayuda de amigos- estuvo intentando localizarlo hasta que por fin logró encontrarlo. Lejos de aquel superhombre de su infancia se encontró con un señor de 70 años, de mirada fría que luego del abrazo protocolario le preguntó qué quería, que si era por el tema de herencia estaba todo repartido entre sus hijos legítimos. Cuenta mi amigo que ese fue el momento más triste de su vida, el dinero era lo que menos le importaba y lo único que quería era darle la oportunidad de conocer a su hijo, ver si necesitaba algo y tener la posibilidad de estar en contacto. "No lo volví a ver nunca más" afirmaba mi amigo mientras intentando contener el llanto.
jueves, 16 de julio de 2015
Volver a empezar
Renacer. Resucitar. Reinvertarse. Resurgir. Reescribir su historia.
Usted cree que tiene todo controlado, una existencia perfecta y que no le queda
nada por descubrir pero de pronto la vida le da una cachetada: un accidente, la pérdida del trabajo, la muerte de un ser
querido, la bancarrota, un divorcio, una enfermedad y se da cuenta que está
como al principio, a punto de comenzar y que toda esa seguridad que usted tenía
era un castillo de naipes, una foto perfecta pegada con alfileres en la pizarra
del Universo. Usted tiene la tentación de maldecir el destino, de compadecerse,
de echarse a llorar eternamente y dejarse llevar por la tristeza o simplemente
de volver a comenzar, que el cuerpo y el corazón tienen memoria y siempre saben
el camino de vuelta, aunque usted no lo sepa, aunque usted no lo crea, la vida
siempre se la apaña para abrirse camino, como las flores tras el crudo invierno.
La vida o la muerte, usted escoge.
martes, 14 de julio de 2015
Ni contigo ni sin ti
Hace unos años, con cubata en Jaime me confesaba que el amor de su vida era Mónica. Se habían conocido en sus años de estudiantes universitarios y el flechazo fue instantáneo, se amaban con locura y si de algo estaban seguros es que estaban predestinados el uno para el otro. Al poco tiempo se casaron y lejos del clásico "vivieron felices para siempre" fue el inicio de un doloroso aprendizaje y de descubrir que eran absolutamente incompatibles, que daba igual lo que hicieran siempre acababan discutiendo, no se aguantaban. Así Mónica y Jaime iniciaron una historia de idas y venidas: él en Santiago, ella en Valparaíso, ella en Chile, él en Londres, ella en Londres, él en Madrid, él con otra, ella con otro y luego la reconciliación, el no poder estar separados, el saber que nadie podría ocupar el puesto del otro, el necesitarse mutuamente y amarse con locura. Cuando estaban juntos la gente los miraba con envidia y admiración, era evidente que había mucha química, que eran de las parejas capaces de comunicárselo todo con la mirada. "Sí...pero no podemos estar juntos porque siempre acabamos mal", me repetía mi amigo con una mezcla de tristeza e ironía. Aunque Jaime murió trágicamente hace muchos años yo sigo pensando en su historia de amor, en si terminaron juntos y en cómo habrá sobrevivido Mónica sin su amor imposible.
lunes, 13 de julio de 2015
El amor después del amor
Aunque los boleros digan lo contrario no se ama solo una vez en la vida. Se ama muchas aunque de distintas maneras, claro está si uno lo permite y no se blinda para volver a recorrer el camino. Cuando perdemos a alguien creemos que con ella se va lo mejor de nosotros mismos y que nunca más la vida volverá a sonreírnos, miramos con envidia a esas parejas que parecen amarse con locura y nos sentimos marginados del banquete de la vida, pensamos una y otra vez en nuestro triste sino y que moriremos tristes y solitarios, que alguien encontrará nuestro cadáver a los seis meses, cuando alguien por fin note nuestra ausencia.
Sin embargo, cuando uno va acumulando años se va dando cuenta que se puede enamorar y amar con "locura" muchas veces, tantas como uno se lo permita porque la vida fluye, se abre camino aún en las circunstancias más difíciles y el amor es parte de esas energías vitales que mueven el mundo. Eso si, no hay que esperar a vivir el amor después del amor con la misma intensidad y de la misma forma, somos más viejos, nuestra sensibilidad cambia y cosas que hace 10 años nos parecían maravillosas hoy por hoy nos parecen absurdas pero el amor está al acecho no importa la edad que se tenga.
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