Unos dientes para Miguelito

Así fue como conocimos a Miguelito, camarero y cantante. Venti y pocos años, mirada triste, delgadísimo, traje de charro desteñido -y probablemente de segunda mano- y un vozarrón que contrastaba con su apariencia de niño abandonado. Como todo buen cantante y con la ayuda del karaoke, que con la crisis no alcanza para un mariachi, se dedicó toda la noche a complacer al público con boleros de siempre, rancheras y alguna cumbia por si alguno se animaba a bailar.
Finalizada su actuación y tras agradecer el apoyo del estimable público, el dueño de aquella cantina agradeció la participación de Miguelito, camarero y cantante, y anunció que el artista pasaría por las mesas para recoger una “ayudita” y de paso, vender números para una rifa cuyos fondos serían dedicados a una noble causa: comprarse una dentadura postiza. Así que en medio de las risas incrédulas del público, Miguelito inició su periplo sonriéndole a todos los asistentes y enseñando sus encías sin ningún pudor. No se sabe si por accidente, por descuido o por pobreza había perdido todos sus dientes delanteros pero él estaba más que dispuesto a recuperarlos cantando noche tras noche en un humilde bar.
*En Costa Rica, la “última” copa antes de marcharse.
Comentarios
Un saludo. Luis Ángel.
P.D. Este comentario se destruirá tan pronto como sea leído.