¿Jefa o jefe?

Esto me ha pasado en algunas ocasiones, he tenido jefes y jefas horribles, que espero estén leyendo esta columna, que con sus chillidos me hacían recordar a la niña del Exorcista o a Chucky el muñeco diabólico y que me hicieron pasar los peores días de mi vida. Sin embargo también he tenido la mejor suerte del mundo y he trabajado para jefas y jefes maravillosos de esos que dejan una huella profunda y por los que he estado apunto de solicitar el proceso de canonización exprés porque, todo hay que decirlo, aguantarme a mí como subalterno también tiene su mérito.
Columna publicada en Sí se puede,Madrid
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