Silvia, la reina

Que fuera guapa, simpática y que sobre todo, apuntada. Fueron los tres requisitos que me dieron para buscar una reina para la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, estábamos en la Asociación de Estudiantes y ese año queríamos lucirnos como nadie. De inmediato pensé en Silvia, que de sobra reunía de sobra todas las condiciones y que por nada del mundo se perdería una oportunidad así porque si algo sabía ella era disfrutar el momento.
-"Hmmm, y que hay que hacer?
-Nada, solo ir montada en la carroza el día del desfile, saludar y tirar besos así (haciendo la mímica).
-Hmm déjeme pensarlo (medio segundo después)...bueno sí, está bien. Usted si que es embarcador!!"
Fue así como entre risas Silvia fue nuestra reina durante una semana y aguantó estoicamente el desfile universitario, con un vestido hecho para la ocasión, saludando sin parar al público y sonriéndonos con complicidad  de vez en cuando porque por una vez más yo la había embaucado a hacer algo y ella no había defraudado.
Creo que ese momento selló nuestra amistad para siempre y se convirtió en esa anécdota histórica que provoca la risa entre amigos hasta las lágrimas cada vez que se encuentran -"Más respeto, acuérdese que fui reina de la Escuela!"-  y alivia las penas del alma, como ahora que sé que nunca más nos volveremos a ver.

En memoria de Silvia Cabezas Bolaños

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