De cañas con el rey

Desde entonces en el salón de casa, encima del tapete de ganchillo de toda la vida están la foto de boda de mis padres, la de mis abuelos, las de comunión de todos mis primos, y como si se tratase de una típica escena familiar, la foto del Rey y yo. Quizá como la foto lleva años ahí todos se han acostumbrado a ver su Majestad como a alguien más de la familia, por eso no me extraña que cada vez que me llaman desde el pueblo me pregunten por la vida y milagros de todos los miembros de la Familia Real, como quien se preocupa por parientes que hace mucho no ve. Con tanta familiaridad de por medio, he pensado que lo único que me falta es irme de cañas con Don Juan Carlos.
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