domingo, 28 de junio de 2020

Mejor así, sin miedo

"Sin miedo, las olas se acarician con el fuego,
si alzamos bien las yemas de los dedos  podemos de puntillas tocar el universo."
Rosana

Cuentan que cuando salí del armario mi viejo, tras el impresión inicial, le dijo a mi madre "qué valiente era su hijo" y siguió como sin nada, pendiente de mis idas y venidas, preocupado de que encontrara un trabajo fijo. Yo no sé si habrá sido un acto de valentía pero lo cierto es que desde entonces mi vida ha dado un cambio radical, soy más feliz,  me divierto más y sobre todo me siento más querido de la cuenta, digamos que al encontrarme a mi he encontrado a los otros. Tengo una familia que más que familia parece un grupo de fans que me apoyan en todo y una madre preguntona e indiscreta que pasa repitiéndome que me busque alguien que sea bueno, que no me quede solo. Vivo sin ocultar quien soy y no quiero a mi alrededor a nadie con el que tenga que fingir o disimular, soy un todo no un pollo frito del que se puede escoger muslo o pechuga y desechar la parte que menos gusta. 

Siento que tengo los mejores amigos del mundo y en cualquier reunión disfruto montones compartiendo anécdotas de mi vida sentimental -tengo historias para aburrir- y exorcizando desamores con un buen tequila y sobre todo, me gusta pensar que viviendo fuera del armario, o más bien fuera del sarcófago, le abro las puertas a quienes vienen detrás, para que no haya más un adolescente triste pensando en suicidarse porque no encaja en esta sociedad, o un cuarentón deprimido porque piensa que es demasiado tarde para ser quien siempre ha querido ser, para que nadie se sienta excluido de esta fiesta que es la vida.

domingo, 14 de junio de 2020

El honor fue mío

Hace unos años tras unos problemas de salud y un largo proceso de rehabilitación cardiaca que obligó a mi viajo a llevarme tres veces por semana a terapia empecé a sentirme una carga familiar, muy preocupado se lo comenté, diciéndole lo incómodo que me hacía sentir todo aquello. Su respuesta, corta y concisa fue:

-"No, para mi es todo un honor."

Él poco dado la filosofía, reservado por naturaleza, me había dado una respuesta sorprendente, yo esperaba un simple "por que es mi deber" ó "por que sós mi hijo" pero me había dicho unas palabras que resumían no solo su relación conmigo sino con todo su entorno, como desde su perspectiva no había logrado ningún éxito sonoro, ni acumular bienes o ser famoso se sentía el ser humano más normal y pequeño del mundo admiraba a mucha gente, se sentía agradecido por ayudar y se sentía profundamente honrado por tener la familia que tenía y los amigos que había hecho a lo largo de los años y hasta por los de sus hijos (a menudo yo fingía enfado cuando lo escuchaba hablar con orgullo de mis amigos o tratarlos de vos, "papá, son mis amigos,"),

Le gustaba ser "invisible" y nunca imponerse.
Cuando repaso el camino que durante 53 años compartimos descubro que jamás me dijo qué hacer, en qué creer, qué estudiar o en que trabajar y mucho menos qué tipo de vida debía de tener, todo lo que hacía le parecía bien, daba la impresión que simplemente era feliz viéndome feliz, riéndose de mis anécdotas, despejándome el camino y dejándome respirar.

Si tuviera que resumir lo que fue mi padre en mi vida, diría que fue como el aire...amable, silencioso, imperceptible pero necesario, y lo bueno del aire es que casi siempre se transforma en viento y sus ráfagas te hacen volar.

Gracias por dejarme volar Papá,
el honor siempre fue mío.

(En memoria de Luisito, 10 de Abril 1938- 13 de Junio 2020)

jueves, 4 de junio de 2020

Madre en préstamo

A los siete años Douglas tenía el corazón partido.

Sus padres no solo se habían divorciado sino que además, su madre se había ido a trabajar a Estados Unidos y eso le había dolido muchísimo a mi compañero de primaria, él no decía nada porque "había que ser valiente y aguantar las ganas de llorar como un hombrecito" -como te decía hasta el cansancio medio mundo- pero se le veía tristón, en clase tenía fama de ser un amargado sobre todo cuando se acercaba alguna festividad como el día de la madre y nos ponían a hacer alguna manualidad para regalar.

-"Maestra, y si uno no tiene mamá, a quien le damos lo que vamos a hacer ¿a la chancera de la esquina?" La clase entera celebraba entre risas ese comentario dicho en plan de broma pero que ocultaba el drama en el que vivía mi pobre amigo, quien no paraba de decirme que era un "dichosote" porque tenía una madre que no solo era la mejor de la Escuela sino que además de "tan linda parecía una artista de cine".

-"Cuando quiera se la presto".
-"Y le puedo decir Mami, también?"
-"Ay, no sé....bueno, está bien pero a cambio me tiene que ayudar con todas las tareas."

Y dicho y hecho. Durante los años siguientes pasé "prestándole" mi vieja, para reuniones o actividades especiales se sobreentendía que si el padre de mi amigo no podía asistir mi progenitora nos representaba dignamente a los dos y si había alguna excursión al campo no me quedaba más remedio que sentar a mi madre en medio de los dos...eran esos días en los que Douglas no paraba de sonreír: "Ay que bonito, Mendes, vino Mami con nosotros, hoy comemos rico y nos chinean a los dos"

No me di cuenta lo que había significado mi madre en la vida de mi amigo hasta que años después cuando me enseñó su álbum de fotos de familia: en la primera página, al lado de sus abuelos, de su padre y de su hermana, en medio de la gente que quería más que nada en el mundo estaba una imagen grande de él y mi vieja el día de nuestra graduación de primaria.

¡Pobre don Edgar!

Durante muchos años a la persona que más lástima le tuve fue a don Edgar, mi profesor de música durante la Primaria. No sé por qué me daba t...