"Corasón"

Por cabezonería, mal oído o nostalgia nunca he podido expresarme como “español de toda la vida” aunque eso no significa que por épocas no haya tratado de diferenciar la “c” de la “z” o de la “s” pero al final siempre desisto porque hay palabras que dichas a la española me suenan raro y hasta me parece que pierden todo su significado. Por ejemplo: no es lo mismo decir “corasón” que “corazón”, el primero me suena a bolero romántico de esos que llegan al alma y el segundo, a enciclopedia médica…definitivamente no hay color y sigo resignado a no decir correctamente “Zaragoza” para alegría de mis colegas que siempre que lo intento se mueren de risa.
También hay que decir que en mi plena incorporación al habla española poco o nada han ayudado mis viajes a las Canarias donde me siento en cualquier parte menos en España y los que se ven en dificultades para entender a los parroquianos son los peninsulares. Al final de estas experiencias “extramadrileñas” siempre concluyo que en este país, muy a pesar de algunos, es diverso hasta en los acentos por lo que eso de hablar “como español” debería motivo de debate académico y alguien debería tener la cortesía de indicar al inmigrante cual es el acento que debe ser considerado oficial si el madrileño, el vallisoletano, el andaluz, el canario, el gallego y un largo etcétera.
Sin embargo debo reconocer que no son más que pretextos y que en el fondo lo que me aterra es padecer lo que llamo el “Síndrome de Rocío Conejo”, le he puesto ese nombre en honor a la mujer de un jugador de fútbol costarricense, Luis Gabelo Conejo que jugó con el Albacete en los noventa. Resulta que la señora se vino a vivir aquí una larga temporada de tres meses y cuando regresó al país llegó con un perfecto acento “español”-parecía sacada de una película de Berlanga- que dejó a toda la prensa nacional boquiabierta. Desde entonces a todos los ticos –como se nos dice los costarricenses- cada vez que viajamos a España tarde o temprano siempre hay alguien que con vehemencia nos advierte como si de una plaga se tratara: “Tenga cuidado, que no le pase lo de Rocío…”
Comentarios